El método comparativo consiste en comparar el bien inmueble que se quiere valorar con otros similares que se hayan vendido recientemente en el mismo mercado. Este método requiere disponer de información fiable y actualizada sobre las transacciones inmobiliarias, así como ajustar las diferencias entre los inmuebles comparados. El método comparativo es el más utilizado para valorar viviendas, locales comerciales y solares urbanos.
El método residual consiste en calcular el valor del bien inmueble a partir del valor del suelo y del valor de la edificación. Este método se utiliza para valorar inmuebles que están en construcción o que tienen un potencial de desarrollo futuro. El método residual requiere estimar el coste de construcción, el beneficio del promotor y el valor del suelo.
El método de capitalización consiste en calcular el valor del bien inmueble a partir de los ingresos que genera o que podría generar en el futuro. Este método se utiliza para valorar inmuebles que tienen un uso productivo, como oficinas, hoteles o naves industriales. El método de capitalización requiere estimar la renta neta anual, el tipo de interés y el plazo de la inversión.